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Sinopsis:
Primera novela de Isabel Allende, La casa de los espíritus narra la saga de una poderosa familia de terratenientes latinoamericanos. El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido con mano de hierro un imperio privado que empieza a tambalearse con el paso del tiempo y un entorno social explosivo. Finalmente, la decadencia personal del patriarca arrastrará a los Trueba a una dolorosa desintegración. Atrapados en unas dramáticas relaciones familiares, los personajes de esta poderosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte de este siglo.
Opiniones:
La lectura de esta novela del realismo mágico fue acompañada de grandes expectativas que fueron superadas con creces. En el libro, además de encontrar una buena historia familiar de cuatro generaciones rodeada de magia y misticismo, amores, problemas, muertes y pesares, se puede observar cómo las vidas de los personajes se ven influenciadas por los distintos cambios políticos y sociales producidos en Chile durante el siglo XX, lugar y espacio en el que se ambienta la obra (destacando la llegada del comunismo al gobierno y el Golpe de Estado).
La historia comienza contando las vivencias de la familia Del Valle y todas sus peculiaridades. Se presenta a Severo del Valle (candidato del Partido Liberal), Nívea (la mujer de Severo, que luchaba por el voto femenino), Rosa (la hija mayor de Nivea y Severo Del Valle, quien parecía un ser celestial por su belleza descomunal, su cabello verde y sus ojos amarillos), Clara (la hija menor de la familia que era clarividente y poseía poderes telequinéticos, personaje que va cobrando importancia durante la obra, hasta llegar a ser una de las protagonistas) y Esteban Trueba (que llega a ser uno de los personajes más importantes de la obra), entre otros. A lo largo de la novela aparecen muchos otros personajes importantes que, cada uno a su manera, aporta un granito de arena para la construcción de esta gran obra, en la que la magia, los espíritus y los distintos poderes ocupan un lugar central.
El libro es narrado por dos narradores: un narrador omnisciente que se desconoce y narra de forma simple, intimista, lenta pero no aburrida, llamativa y compuesta las descripciones necesarias para imaginarnos a los personajes y su contexto. El otro narrador es Esteban Trueba que, por sobretodo, cuenta lo que siente y lo que vive en algunas partes importantes de su vida.
El título del libro es adecuado para la historia que cuenta ya que, además de que Clara y otros personaje pueden hablar y comunicarse con los espíritus que habitan la casa de la esquina, estos seres inmateriales nos acompañan por toda la historia y hasta les advierten a los protagonistas, a través de intermedios, las consecuencias de sus actos. El libro está compuesto por catorce capítulos, cada uno de ellos tiene un título que, explícitamente, hace referencia al tema que se va a tratar, y un epílogo, en el que el narrador omnisciente revela su identidad pasando a relatar en primera persona y cierra algunos de los cabos sueltos de la obra, dejándonos con ganas de saber más. El texto no es narrado de forma cronológica sino fragmentaria, ya que presenta saltos en el tiempo, tanto al pasado (análesis) como al futuro (prólesis), generando curiosidad y misterio en el lector.
El libro en ningún momento decae. Sólo en el último capítulo su lectura se hace un poco más lenta, al perder la magia presente en el resto de la novela y centrarse en un tema esencial de la historia, pero rápidamente vuelve a atrapar al lector al dar un giro inesperado que cambia la vida de los personajes.
Para finalizar, es necesario destacar que entre todas sus páginas se encuentran muchas enseñanzas sobre el ciclo de la vida, las consecuencias de la venganza y la fortaleza de espíritu de las mujeres, haciendo de esta saga familiar un libro completo donde cada vida, cada ideología, cada romance es único, aunque tengan algunas características similares.
Nota:
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